Había
llegado a nuestros oídos que el Plan
“especial” del “Casco antiguo” (que no del Conjunto histórico, porque no ha
sido nunca un Plan especial de
protección sino un Plan de reforma
interior) estaba en revisión.
Cuando
escuchamos esa afirmación en boca de una fuente autorizada nos sentimos
esperanzados porque desde ADEPA siempre hemos considerado necesario enfocar
bien el único plan urbanístico que ha llegado a fraguarse en Cartagena durante
“El Pilarismo”, ¡que tiene bemoles!. Pero cuando hemos visto los primeros
esbozos de esa reforma presentados a la prensa la semana pasada hemos vuelto a nuestra
inquietud anterior.
Me
explico. En primer lugar nos parece muy bien que se proyecte financiar la
recuperación del desastre urbanístico perpetrado en el Conjunto histórico (Especialmente
en el Barrio Universitario y en el Monte Sacro) que nos ha llevado a las
primeras páginas de la prensa nacional de la mano de la “Operación Púnica” y a
unos notables niveles de deuda municipal. Solo esperamos que en Europa no se
acuerden del destino final que tuvieron algunos de los fondos del Urban en el
Barrio Universitario, porque de lo contrario lo vamos a tener difícil.
En
segundo lugar, nos parece muy bien que se reincorpore la Estación de
Ferrocarril al Conjunto histórico donde ya estaba en el RD 3046/80, pero por la
misma razón y por algunas más también habría que incorporar otras zonas
indudablemente históricas y alguna hasta legendaria como son el Arsenal, Los
Mateos, el Castillo de los Moros y sobre todo el Barrio de Santa Lucia. Barrio
este último en el que se proyectaba perpetrar una muralla edificatoria en
primera línea en el Plan general abortado al amparo del cambio de límites del
Conjunto histórico previsto en el Plan especial. Claro que a lo mejor esta
reincorporación estropearía algunas operaciones especulativas que están en
marcha y que van a proporcionar sustanciosos beneficios a algunos. Suponemos
que también se modificará el entorno de la estación en el que se habían
recalificado suelos para desarrollar una operación urbanística.
En
tercer lugar, seguimos sin saber que pinta el Paseo de Alfonso XIII en el
Conjunto histórico, excepción hecha de dos o tres edificios que son tomados
como pretexto. ¿Vamos a restaurar el Ensanche cuando todavía no hemos
recuperado el Conjunto histórico?. No hay otros medios de financiación para el
ensanche que enmascarar con el conjunto histórico zonas que no tienen nada que
ver y que son modernas. ¿A que seguimos jugando? ¿A pagar con los dineros del
patrimonio histórico operaciones especulativas?. Si Cartagena fuera Toledo o
Vitoria podría acogerse a fondos especiales de patrimonio histórico pero no lo
es y ello debido a las piruetas que se han hecho en los últimos veinte años.
¡Bajémonos del trapecio, por favor!. Ello no quiere decir que Cartagena no sea
merecedora de esos fondos sino que hay que afinar más en el destino que se
pretende dar a los fondos que se buscan.
En
cuarto y último lugar si se piensa seriamente cambiar el Plan Especial del
Conjunto Histórico habría que hacerlo de una forma más clara y transparente que
lo que se hizo en la etapa anterior y sobre todo no utilizando arbitraria e
interesadamente el concepto y la realidad del Conjunto histórico.
Ya
hemos visto lo que la corporación anterior y sus servicios técnicos hicieron
con el Conjunto histórico excepción hecha de la peatonalización. En ADEPA
creemos que así no se trata un Conjunto histórico y que seguro que hay otras
formas mejores de recuperarlo, con menos gasto que el que han generado los
anteriores gestores y respetando de verdad la protección del patrimonio.
Por
ello creemos que hay que abrir un debate social sobre el “Plan especial” y dar
ocasión a la sociedad para que se pronuncie.
Juan-Miguel
MARGALEF
Presidente
de Adepa