miércoles, 4 de junio de 2014

La estación de Cartagena, de apeadero a posible ruina

La estación de Cartagena, de apeadero a posible ruina
Cuando se derribaron las naves de la estación, el 18 de junio de 2010, para hacer sitio a toda prisa a los desarrollos urbanísticos que iba a traer el AVE escribí un articulo que titulé “Cartagena de estación a apeadero”, que ha resultado desgraciadamente premonitorio. Los pronósticos de aquel artículo, en el que básicamente explicaba la manipulación del plan especial del conjunto histórico y del plan general para sacar la estación del entorno de BIC del casco antiguo y para llevarse por delante las naves que le daban servicio y que la diferenciaban de un apeadero; se han visto confirmados por los arbitrarios nuevos proyectos del Ayuntamiento de trasladar la estación a la zona del Ensanche que nadie entiende.
Aunque a decir verdad más que confirmar ha empeorado notablemente el futuro del edificio de la estación, porque el traslado al Ensanche supone la condena irremisible del antiguo edificio, además de un revés para el Casco Antiguo y el lógico enlace intermodal de transportes con la estación de autobuses, el feve y el puerto. Iniciativas todas que junto con la Universidad Politécnica y el adecentamiento de las calles principales habrían terminado de hacer prosperar al Casco Antiguo que hoy por hoy tiene difícil despegue mas allá del uso turístico.
Son las consecuencias de una política errática que hoy hace una cosa y mañana otra, porque en realidad la previsión no va mas allá de la coyuntura inmediata. Hace dos años era irrenunciable para Cartagena que el AVE viniera por Corvera y que entrara soterrado hasta la antigua estación, costara lo que costase, ahora nos conformamos con que llegue hasta el Ensanche sin soterrar y dejamos la antigua estación a su suerte.
Muchos ciudadanos nos preguntamos por qué el AVE no puede llegar hasta la estación antigua sin soterramiento alguno. Somos los mismos ciudadanos que sabemos que el Almarjal ha sido siempre una zona inundable, que puede ofrecer dificultades de construcción y sobrecostes similares a los que han disparado los costes del auditorio y que en el futuro podrían convertir la estación en un aljibe como ya sucedió en la estación de Castellón de la Plana.
La pregunta es: ¿por qué no sirve la antigua estación para que llegue el AVE? ¿por qué no se puede terminar de adecentar y de dignificar nuestra histórica estación completándola como se ha hecho en Atocha y en algunas otras estaciones españolas? ¿Han soterrado acaso el acceso a Atocha en Madrid?
Si la respuesta a estas preguntas es que la estación estorba para los nuevos desarrollos urbanísticos de Torre Ciega y la antigua Potasas, que el propio Ayuntamiento ha estimulado irreponsablemente con su penúltimo proyecto, tampoco tiene mucho sentido. Primero, porque es dudoso que sin una nueva burbuja inmobiliaria esos desarrollos se produzcan en un periodo corto de tiempo y porque sin la estación puede que aun tengan menos futuro, como el propio casco antiguo.
Los edificios históricos se conservan mejor si mantienen el uso para el que fueron creados, qué duda cabe. Nuestra estación habría servido perfectamente para auditorio, como propuse hace ya muchos años, pero como ya tenemos auditorio, y bien caro por cierto, la única posibilidad sería un centro comercial como han apuntado desde el Ayuntamiento, lo que no deja de ser un riesgo porque seguro que, de existir un candidato, que también es dudoso, encajar un centro comercial en la Estación plantearía problemas de adaptación o de cabida o se aspiraría a aprovechamientos edificatorios que acabarían envileciendo el edificio. O lo que es peor: la estación acabaría abandonada y en ruina. Todavía estamos esperando el hotel que debía ocupar el lugar del convento de las siervas.
Juan Miguel Margalef es presidente de ADEPA y miembro del Foro Ciudadano de la Región de Murcia

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